
¿Son los alimentos ultraprocesados la próxima gran demanda? Esto es lo que necesita saber.
Permítame preguntarle algo personal: ¿usted o alguien de su familia alguna vez ha luchado con adicción a la comida, obesidad, diabetes o problemas de salud crónicos y se ha preguntado si lo que está comiendo podría ser parte del problema?
No estás solo. Y ahora, parece que se avecina una nueva ola de demandas contra las empresas responsables de algunos de los alimentos ultraprocesados más adictivos del mercado.
Una demanda reciente presentada en California persigue a algunos de los mayores fabricantes de alimentos del país, como Nestlé, Kellogg’s y General Mills. ¿El argumento? Estas empresas están diseñando alimentos diseñados para ser adictivos. No solo sabrosos, ni solo prácticos, sino adictivos. Y, según la demanda, lo hacen a propósito mientras ocultan al público los verdaderos riesgos para la salud.
Como abogado de lesiones personales aquí en el sur de Florida, he visto de primera mano cómo las grandes corporaciones priorizan las ganancias sobre las personas. Ya sea que se trate de productos peligrosos, medicamentos dañinos o sustancias químicas dañinas, la estrategia suele ser la misma: vender ahora, preocuparse después y, si es posible, ocultar las pruebas.
¿Pero esta demanda? Es diferente. Afecta directamente a algo con lo que lidiamos a diario: lo que comemos nosotros y nuestros hijos.
¿De qué trata la demanda?
El caso se centra en los alimentos ultraprocesados (UPF). Piense en papas fritas, pastelitos, cereales azucarados, pizzas congeladas y otros productos que apenas se parecen a la comida real. Estos productos suelen estar repletos de aditivos, saborizantes sintéticos, carbohidratos refinados y grasas no saludables. Pero, además, están diseñados científicamente para que sigas comiendo mucho más allá del punto de hambre.
Según la demanda, estas empresas utilizan una mezcla deliberada de grasa, azúcar, sal y saborizantes químicos para crear lo que se denomina un «punto de éxtasis»: una combinación tan satisfactoria para el cerebro que anula las señales naturales de hambre. En resumen, una vez que empiezas a comer, es difícil parar. Si eso suena a adicción a la comida, es porque lo es.
La demanda argumenta que la industria alimentaria conoce estas propiedades adictivas desde hace años. Documentos internos, estrategias de marketing e incluso pruebas de laboratorio supuestamente demuestran que las empresas manipulaban intencionalmente sus productos para impulsar el consumo y ocultaban los riesgos para la salud asociados a dicho consumo.
No se trata de comer en exceso porque algo sabe bien. Se trata de una adicción intencional .
Por qué es importante
Las tasas de obesidad en Estados Unidos se han disparado en los últimos 40 años. También lo han hecho las tasas de diabetes tipo 2, hígado graso y problemas cardiovasculares, incluso entre niños. La demanda argumenta que estas afecciones no se deben simplemente a decisiones personales, sino a la manipulación sistémica por parte de poderosas corporaciones que explotan la química cerebral para obtener ganancias.
¿Les suena familiar? Esta es la misma línea de ataque que finalmente puso de rodillas a las grandes tabacaleras. Durante décadas, las tabacaleras insistieron en que sus productos no eran adictivos. Ahora sabemos que era mentira, y que les costó miles de millones en acuerdos legales cuando se supo la verdad.
Esta demanda alimentaria adopta un ángulo similar: si las empresas crean productos alimenticios adictivos, apuntan a poblaciones vulnerables (especialmente niños y comunidades de bajos ingresos) y no advierten a los consumidores sobre los riesgos, podrían verse obligadas a asumir responsabilidades.
¿Qué hace que un alimento sea “ultraprocesado”?
No todos los alimentos procesados son dañinos. Una bolsa de guisantes congelados está procesada. También lo está una lata de frijoles. Pero los alimentos ultraprocesados son algo completamente distinto. No solo se modifican para que duren más, sino que se modifican fundamentalmente para maximizar el sabor, la textura crujiente, el aroma y el atractivo visual, utilizando ingredientes que no se pueden pronunciar.
Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Papas fritas con sabor y rizos de queso
- Pasteles envasados
- Cereales de desayuno azucarados
- Hamburguesas de comida rápida y nuggets de pollo
- Refrescos y bebidas energéticas
- Comidas para microondas con largas listas de ingredientes
La demanda argumenta que estos productos no solo son perjudiciales para la salud, sino que son adictivos, al igual que el alcohol, la nicotina o incluso los opioides. Y una vez que te enganchas, es increíblemente difícil dejarlo.
¿Podría este ser el comienzo de algo más grande?
Por supuesto. Y aquí te explico por qué esto es importante si lees esto como alguien que ha sufrido daños por el consumo prolongado de estos alimentos, o si un ser querido los ha sufrido.
Actualmente, no tenemos una vía clara para demandar por adicción a la comida o enfermedades relacionadas con la UPF. Pero eso podría cambiar. Al igual que con las demandas por tabaco , opioides y talco, una vez que se acumulan las pruebas y cambia la opinión pública, suelen surgir acciones legales.
Si esta demanda tiene éxito, incluso parcialmente, podría abrir la puerta a casos individuales relacionados con cuestiones como:
- Obesidad infantil causada por exposición prolongada a la publicidad de comida chatarra
- Diabetes tipo 2 o síndrome metabólico vinculado a la dieta temprana
- El malestar emocional o los trastornos alimentarios se agravan por el diseño corporativo de alimentos.
- Muerte por negligencia en casos extremos en los que la adicción a la comida provocó graves consecuencias para la salud.
Aún no hemos llegado a ese punto. Pero este caso es una llamada de atención y un recordatorio de que el sistema legal puede utilizarse para exigir responsabilidades a las poderosas empresas alimentarias cuando se exceden.
Cómo esto podría afectar a las familias de Florida
En Florida, vemos las consecuencias de la mala nutrición a diario en salas de emergencia, consultorios médicos e incluso en bufetes de abogados especializados en lesiones personales. No es raro que las víctimas de lesiones ya padezcan graves problemas de salud como diabetes o hipertensión. Estas afecciones suelen complicar la recuperación y limitar la indemnización que una persona puede recibir, ya que las aseguradoras culpan a las «condiciones preexistentes» de la víctima.
Pero ¿y si esas condiciones no fueran simplemente genéticas o autoinfligidas? ¿Y si fueran consecuencia directa de la negligencia corporativa?
Imaginen a una madre soltera en Hialeah criando a tres hijos mientras trabaja en dos empleos. Su presupuesto para la compra es ajustado. Recurre a alimentos baratos, saciantes y prácticos. Pero con el tiempo, esas decisiones —impulsadas por el marketing corporativo, el diseño de productos y etiquetas nutricionales engañosas— provocan problemas de salud a largo plazo en sus hijos. ¿Es culpa suya? ¿O es culpa de un sistema creado para promocionar productos poco saludables y minimizar los riesgos?
Este caso nos obliga a analizar esas preguntas difíciles. Y esperamos que nos brinde respuestas y rendición de cuentas.
Lo que puedes hacer ahora mismo
Si usted o un ser querido tiene problemas de salud que sospecha que pueden estar relacionados con la adicción a los alimentos ultraprocesados, aquí hay algunas cosas para considerar:
- Empieza a documentar : historial médico, historial de compras, incluso fotos del empaque. Te sorprendería la frecuencia con la que la evidencia empieza con datos pequeños.
- Hable con su médico : una opinión médica que vincule su condición con su dieta puede ayudar a establecer un posible reclamo en el futuro.
- Tenga en cuenta sus derechos legales : esta área del derecho aún está en desarrollo, pero los primeros casos suelen sentar las bases para una compensación futura.
- Esté atento a las demandas colectivas : si las grandes empresas alimentarias empiezan a llegar a acuerdos o a perder casos, podrían surgir demandas colectivas. Esa podría ser su oportunidad de unirse y obtener una compensación.
Reflexiones finales del Sr. 786 Abogado
Mira, no digo que cada bolsa de papas fritas sea una demanda inminente. Pero sí digo esto: si una empresa sabe que su producto causa daño y te lo oculta, no solo está mal, sino que es legalmente procesable.
Lo hemos visto con medicamentos peligrosos. Lo hemos visto con el asbesto, el tabaco y los opioides. Ahora quizá sea el momento de afrontar la verdad sobre los alimentos ultraprocesados.
Si cree que su salud, o la de su hijo, se ha visto perjudicada por años de exposición a alimentos adictivos, no lo desestime. Puede que tenga más derechos de los que cree. Llámeme hoy mismo al (305) 631-1911 o visite suarezandmontero.com . Hablemos de lo sucedido. Sin presiones, solo respuestas.
Porque a veces las lesiones más graves… no provienen de accidentes de tráfico. Provienen de lo que tienes en el plato.